domingo, 6 de febrero de 2011

Y me obligaste a seguir hacia delante.

    
    No sé como lo planifiqué, pero ahora estoy lejos. Ni siquiera se como lo hice, pero por primera vez y después de largos meses de espera abandoné ese sitio, convencida de que yéndome cesaría el dolor. Creí que dejando aquél lugar cesaría tu búsqueda por las calles, por los parques, ¡por todos los rincones de esa maldita ciudad!
    Pero, indistintamente del punto de partida y del punto de llegada, una persona tiene que pagar por lo que hace, tanto lo malo como lo bueno. Así que, finalmente, me di cuenta de que tengo un largo camino por delante. Qué por mucho que hullas, tú pasado siempre te perseguirá. Que viviré experiencias nuevas y que reharé mi vida, pero que vaya dónde vaya, conozca a quién conozca y haga lo que haga, sé que volveré a verte, ya sea a este o al otro lado del continente. Estoy convencida de que nos volveremos a encontrar. Porque la vida a veces es perfecta, ¿sabes? Siempre te acaba compensando por todos los malos experiencias que te suceden. Pero para eso, tienes que aprender a levantarte y comenzar a andar, seguir hacia delante, porque no puedes retroceder en el tiempo y evitar tropezar con esa piedra, pero si puedes volver a coger el mismo camino y esquivarla. ¡Hay que aprender a no volver a cometer los errores que tanto daño causaron! Pero para eso hay que querer asimilar las cosas. Tampoco queda más remedio, no puedes huir de tu pasado, ya que tarde o temprano, te volverás a encontrar con él.

"Cuanto más difícil es hacer algo, mayor es la recompensa que te espera al final." (Big fish)

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