miércoles, 6 de julio de 2011

Tú me enseñaste todo aquello que no se debe olvidar.


- Para una anciana el amor es estar la víspera de Navidad rodeada de todos sus seres queridos. Para un padre el amor es ver la sonrisa de su hija mientras juntos van camino del altar. Para un niño el amor es sentir como su madre se acerca para recogerlo después de haberse caído. Para un vagabundo el amor es poder dormir y cenar caliente una noche. Para un cantante el amor es ver botar a todos sus fans en Las Ventas. Para un perro el amor es apreciar las caricias de su ama mientras le cepilla su pelo. Para ella el amor era vivir. Simplemente amaba la vida. Era tan fantástica que cualquier hombre desearía estar en el infierno en vez de en el cielo con tal de pasar un segundo más a su lado.
- ¿Era?
- Así es menos sencillo recordar el dolor de no tenerla junto a mí.
- James, ¡déjalo ya!
- No sé porque me he derrumbado. Estaba tan orgulloso de cómo he conseguido llevar esta interminable agonía. Pero al verla me he puesto a pensar. ¿Qué hubiera pasado si aquella tarde la hubiera besado? ¿Si hubiera ido con ella a celebrar la navidad, como me pidió? Ella no hubiera llamado, y todo habría sido más fácil. ¡Vamos, pensar en eso le haría perder la cabeza a cualquiera!
La amabas…
- ¡Era una mujer extraordinaria! ¡Hacia que todo su alrededor viera el mundo con otros ojos! Y ahora va camino de París. Quién sabe si volverá. Y yo no tuve el valor suficiente para despedirla. Jamás la olvidaré.
- James, ¡vete a buscarla! Yo encontré a Paul hace mucho tiempo, y me aferré a él con uñas y dientes. Ese es el secreto de la vida. Lograr lo que quieres y cuidarlo. Si la conseguiste una vez, ¿por qué no dos? “El que tuvo retuvo”, decía el abuelo, ¿recuerdas?, lo llamaba idealismo. Si no coges ese avión, nunca sabrás si pudo ser algo más…

"Si no subes a ese avión, te arrepentirás. Quizá hoy no, quizá mañana tampoco, pero pronto y para el resto de tu vida." (Casablanca)

No te logré olvidar, ni lo intenté quizás.


- Sí, ya sabes, Londres: tazas de té, pastas, lluvia, aristocracia, decenas de culturas mezcladas bajo la misma niebla. Pasear por sus calles al compás de “yesterday” y sentirte capaz de estar en dos lugares a la vez. Imagínanos allí, juntos, como dos hormiguitas debajo del Big Ben...

Esas fueron las últimas palabras que salieron de su boca exclusivamente para mí. ¡Pero ahora qué más da! París, Venecia, Nueva York… ella no está a mi lado y eso es lo único que importa. No sé lo que se suele decir o hacer en estas situaciones, siempre las he intentado evitar. Supongo que lo más evidente y sencillo sería afirmar que la echo de menos, que sigo pensando en ella día tras día, y que la quiero. Espero no parecerle un desequilibrado mental, pero los últimos meses de su vida junto a mí fueron los mejores de la mía. Me cambió la vida, y ella lo supo antes que yo. Y estoy infinitamente orgulloso de que para ella valiera la pena conocerme. Ambos nos proporcionamos felicidad. Y sí algún día descansa en paz, seguiré visitándola a escondidas como llevo haciendo desde que la dejé ir. Porque puedo pasarme toda una vida observándola sí así ella es feliz.
 
 "Los momentos vividos juntos se perderan como las lágrimas en la lluvia" (Blade Runner)